¿Sientes miedo a no ser suficiente? Existe una definición para esto, es la atelofobia.

Este es un trastorno de ansiedad que se puede definir como el miedo persistente y excesivo a no ser suficiente , a hacer algo mal e irreparable, a ser imperfecto en cualquier aspecto de la vida.

Quienes son atelofóbicos siempre les preocupa que, todo lo que hace, «no está bien», «no es perfecto», «va a ser un desastre».

La atelofobia se manifiesta en todos los ámbitos de la vida de una persona, haciendo extremadamente difíciles incluso las tareas diarias .

Los síntomas

En general, las personas que padecen de atelofobia tienen síntomas físicos como sudoración excesiva, hiperventilación y sensación de asfixia, aumento del ritmo cardíaco y palpitaciones, dolor de cabeza, tensión muscular, náuseas, sequedad de boca, temblores y trastornos del sueño. También se presentan en asociación a síntomas psicológicos persistentes, tales como:

  • impotencia
  • ansiedad
  • verguenza
  • miedo a cometer un error
  • rechazo a los retos
  • pérdida de control
  • enfado
  • irritabilidad
  • falta de concentración
  • miedo al rechazo

Frases típicas de la atelofobia

Un atelofóbico generalmente establece metas poco realistas que luego evita emprender o completar. Habla obsesivamente de los errores que ha cometido en el pasado y los que podría cometer en el futuro, sacando a relucir cierto control maníaco que lo paraliza hasta el punto de «inmovilizarlo» y, en algunos casos, incluso provocarle ataques de pánico .

Las frases típicas de quienes padecen atelofobia pueden ser:

  • “No puedo darme el lujo de cometer errores”;
  • “habrá consecuencias muy graves por mi incapacidad”;
  • “No tengo esperanza de llegar a donde quiero”;
  • “Algo se interpondrá en mi camino, independientemente de mi voluntad”.

Depresión y atelofobia

Quienes padecen atelofobia siempre apuntan a la perfección pero, como ésta es una meta inalcanzable, constantemente se sienten a sí mismos como:

  • ineficaces;
  • inútiles;
  • deprimidos, de tanto pensar en la propia imperfección e insuficiencia.

Con el tiempo, se desarrolla una baja autoestima y depresión , debido a la enorme brecha entre las propias expectativas y la realidad que experimentan. Además de la depresión, el trastorno puede ocurrir en asociación con el trastorno obsesivo-compulsivo y la adicción a sustancias.

Las causas

Las causas que pueden influir en el desarrollo de este trastorno son:

  • predisposición genética;
  • haber sufrido un evento traumático (generalmente los primeros signos de este trastorno aparecen en la infancia o la adolescencia).

Los atelofóbicos pueden haber tenido experiencias con padres o profesores muy estrictos y exigentes, con altas expectativas y exigencia de perfección .

Esto podría explicar el miedo al fracaso, el pensamiento recurrente de no ser lo suficientemente bueno y merecedor del valor que asume la perfección para estos sujetos y la baja autoestima en el amor.

De hecho, este malestar también afecta a las relaciones afectivas: la atelofobia en hombres y mujeres hace aflorar personalidades hipersensibles a las críticas, muy atentas a las opiniones de los demás y propensas a juzgar.

El apoyo psicológico

Es posible superar el miedo a no ser suficiente con la ayuda de una psicoterapia que pueda apoyar al sujeto en varios frentes. Para esto, será importante:

  • familiarizarse con la imperfección (entendida como una característica humana ineludible) para reducir su impacto en el sujeto;
  • explorar el significado profundo que tiene la perfección, a qué parte vital está conectada y qué función pasada, probablemente protectora, pudo haber respondido para desencadenar la reacción atelofóbica.

Curar o controlar la atelofobia es posible trabajando la conciencia de que son precisamente nuestros límites los que hacen que nuestras capacidades sean aún más extraordinarias y que el bienestar está en lo mejor para nosotros, más que en la perfección.

‍Otras formas de pelear contra la Atelofóbia

Los cambios en el estilo de vida también pueden traer beneficios, ayudándo a participar en actividades no relacionadas con el rendimiento, tales como:

  • Leer un buen libro;
  • reunirse con los amigos;
  • escuchar música;
  • hacer meditación.

 

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