Introducción
En la era digital, las pantallas forman parte de nuestra vida cotidiana, desde móviles hasta televisores y computadoras. Sin embargo, el uso excesivo de estos dispositivos no solo afecta nuestra vista o sueño, sino también nuestra alimentación. En este artículo, exploraremos cómo el uso de pantallas puede modificar nuestros hábitos alimenticios y qué consecuencias puede tener en nuestra salud.
Distracción y reducción de la sensación de saciedad
Comer mientras se mira una pantalla disminuye la percepción de la saciedad. Esto se debe a que nuestra atención se centra en lo que estamos viendo en lugar de en los estímulos fisiológicos que nos indican que estamos llenos. Como resultado, es posible ingerir una mayor cantidad de alimentos sin darnos cuenta [1].
Mayor consumo de alimentos ultraprocesados
El uso de pantallas también se ha asociado con una mayor ingesta de alimentos ricos en grasas, azúcares y calorías vacías. Esto ocurre porque, al estar distraídos, no planificamos nuestras comidas y recurrimos con más frecuencia a snacks poco saludables. Además, la publicidad en redes sociales y televisión incentiva el consumo de productos ultraprocesados [3].
Riesgo de desarrollar trastornos alimentarios
El consumo de alimentos sin conciencia plena puede derivar en una relación desordenada con la comida. Estudios han encontrado un vínculo entre el uso prolongado de dispositivos digitales y un aumento en la incidencia de trastornos como la anorexia y la bulimia [5]. La comparación con imágenes idealizadas en redes sociales puede, además, generar insatisfacción corporal y afectar la autoestima.
Impacto en la salud metabólica
Un estilo de vida sedentario, sumado al consumo frecuente de alimentos procesados, puede llevar al desarrollo de problemas metabólicos. Pasar largas horas frente a una pantalla favorece el aumento de peso y el riesgo de padecer enfermedades como diabetes tipo 2 y síndrome metabólico [2].
Establecer límites para mejorar nuestros hábitos
Para reducir el impacto negativo del uso de pantallas en nuestros hábitos alimenticios, es recomendable establecer ciertas reglas, como:
- Evitar comer frente a la televisión o el celular.
- Fomentar las comidas en familia sin pantallas.
- Elegir opciones de alimentos más saludables y prepararlas con conciencia.
- Regular el tiempo de exposición a dispositivos digitales.
Pequeños cambios pueden mejorar considerablemente nuestra relación con la comida y nuestra salud en general.
Conclusión
El uso de pantallas tiene un impacto significativo en nuestros hábitos de alimentación, desde la distracción al comer hasta el desarrollo de trastornos alimentarios. Es importante ser conscientes de estos efectos y tomar medidas para mejorar nuestra forma de relacionarnos con la comida y con los dispositivos electrónicos.
Si sientes que tus hábitos alimenticios están influenciados por el uso excesivo de pantallas y esto está afectando tu bienestar emocional, en Enmente® Salud Mental Online podemos ayudarte. Contamos con profesionales especializados en salud mental que pueden guiarte hacia una relación más equilibrada con la tecnología y la alimentación.